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If you're going to San Francisco......

Abrazos desde San Francisco, la ciudad del Golden Gate, Alcatraz, y un frío eterno que no se va ni en pleno verano. ¡¡VAYA RASCA!!
Como muchos ya sabréis por mis actualizaciones en Facebook, llegar hasta aquí no ha sido ni mucho menos sencillo pero, ¿CUÁL DE MIS VIAJES LO ES? Ya debería estar acostumbrada a que todo lo que puede salir mal SIEMPRE sale mal (y lo que no, TAMBIÉN!!)

El sábado me despierto a las 7 de la mañana para acabar de hacer la maleta, y cual es mi sorpresa que me encuentro, ya de buena mañana, un sms en el móvil de la oficina. Obviamente no puede ser nada bueno. Y efectivamente, desde las 5 de la mañana tengo un pasajero tirado en el aeropuerto de Mallorca porque Iberia le ha cancelado el vuelo de conexión. Empezamos bien. Después de algunas gestiones medio dormida conseguimos reubicarle en otro vuelo para llegar a tiempo a Madrid. So far, so good.
Al llegar al aeropuerto me encuentro con la segunda en la frente. A la jefa de prensa de mi empresa cliente la tienen en lista de espera porque han hecho overbooking en el vuelo. La mujer tiene un cabreo del quince, y me echa una bronca telefónica de las que hacen historia (olvidé comentaros que todo lo que ocurre es siempre culpa mía, lo confieso, YO MATÉ A KENNEDY). Después de rezar quince padrenuestros y cruzar todos los dedos de mi cuerpo, por fin recibo la llamada que me confirma que todo está ok, han conseguido un asiento para ella en el avión. Uffffffffffffff...

Cuando empieza a llegar el grupo, aparece el primer incauto. Un ejecutivo top top top que está más que acostumbrado a viajar pretende subir al avión rumbo a EEUU con el pasaporte DESENCUADERNADO. Las tapas y las páginas estaban totalmente separadas. Lo mejor es que el señor no entendía por qué no le dejaban pasar......... En fin, me lo llevo corriendo a la comisaría de la T4, y qué pasa???? Pues lo de siempre, QUE LOS ORDENADORES NO FUNCIONAN. A una de las impresoras le aflta TONNER ROSA........ Para que veáis el tipo de cosas que algún día os pueden dejar sin volar, UN TONNER ROSA! Pasamos media hora tensa hasta que al señor policía se le ocurre reiniciar el ordenador (típico truco de informático) y milagrosamente la maquinita revive y nos hace el pasaporte. Corremos, facturamos, embarcamos y por fin empezamos el viaje rumbo a Dallas.

¿Se os ocurren cuántas horas de vuelo pueden separar Madrid y Dallas? Yo no tenía ni idea........ ¡¡11 HORAS!! Una hora más y me planto en Buenos Aires! Cuando lo ví en el billete casi me da un soponcio. Por fortuna me toca asiento de pasillo, así que dentro de lo malo......
Junto a mí se sienta un señor insulso con gafillas. Nos ponen una peli, que por cierto ya había visto tres veces en los últimos tres vuelos: la última de Shrek. Peli profunda donde las haya. Pues al final de la peli, el señor de gafitas se vuelve hacia mí y sin preliminares ni nada empieza a soltarme una chapa mortal sobre su interpretación personal y filosófica del trasfondo de la película (el dragón de las pasiones que hay que controlar, la magia que está en mí y que puede cambiar el mundo, la diferencia entre necesidad y deseo... BRUTAL!)
Lo que al principio parece rollo pasajero que terminará tan pronto como el señor se de cuenta de que ME ESTÁ DANDO IGUAL lo que me está contando, se convierte finalmente en una verborrea imparable que dura las once horas de vuelo non stop. De la filosofía de Shrek pasamos a teoría de las religiones, después a las relaciones de pareja, de ahí a la música argentina (por fin puedo meter algo de baza), después volvemos a filosofar, empezamos a entrar en terreno farragoso cuando se pone a intentar adivinar facetas de mi personalidad y a pronosticar si voy a ser o no una buena madre, para acabar dandome información excesiva y totalmente innecesaria sobre su vida sexual pasados los 50, con datos reales sobre potencia y frecuencia, e incluso revelaciones sorprendentes como "el tío que te diga que no te quiere follar, miente. Vamos, yo ahora mismo si tú me lo propusieras y yo pudiera......." Por suerte a estas alturas de la conversación apareció la azafata con la frase mágica: PASTA O POLLO?? Me centré en mi pasta y se corrió un tupido velo (no no, espera, NADA DE CORRERSE EN ESTA PARTE DE LA HISTORIA!!! Arg!!!! Mejor desplegamos un tupido velo) sobre el comentario anterior.

Cuando POR FIN llegamos a Dallas después del dichoso vuelo, nos pasamos las dos horas de escala haciendo cola para pasar el control de pasaportes. Solo hay tres policías para un vuelo de más de 200 personas, así que el proceso es de lo más lento. Intento desplegar todas mis armas de seducción con la negra gigante que controla la fila, le pongo ojitos, hago pucheros, sonrío hasta que me duele la cara... Pero no hay forma de que deje pasar a mi grupo, sabiendo que vamos a perder el vuelo de conexión. A ella le da todo igual. Los policías hacen gala de una empatía acojonante (siento la palabra, pero en aquel momento me indignó terriblemente). Viendo nuestras caras de desesperación, se levantaban tan panchos de su puesto en cuanto les daba la hora del bocata, y nos dejaban allí tirados esperando hasta que los señoritos terminaran su pausa. Entiendo que estarán en su derecho, pero cuando eres responsable de la fluidez del tránsito de tantos pasajeros y de que consigan o no llegar a su destino a tiempo, a lo mejor deberías parar un poco y pensar hasta qué punto es fundamental que te tomes el bocadillo...
En fin, como buena tour leader responsable espero hasta que pasa el último de mis pollitos. Esto ocurre QUINCE MINUTOS ANTES de la salida del vuelo de conexión, así que perdemos toda esperanza de viajar a San Francisco en hora. Por suerte la gente que pasó antes que nosotros había llegado a tiempo al avión y pudieron convencer al personal para que nos esperaran unos minutos, así que, en los quince minutos más frenéticos de mi vida, recogimos el equipaje, pasamos el control de aduanas, otro control de seguridad, recorrimos medio aeropuerto, montamos en un tren, cambiamos de terminal y llegamos a la puerta de embarque un minuto antes de la hora prevista de salida. ¡¡¡LO CONSEGUIMOS!!! Las maletas, por supuesto, ni soñamos que lleguen con nosotros al avión (yo puedo correr por la terminal, pero mi maleta no es tan rápida)

Por fin, y tras otras tres horas y media de vuelo en las que ya no sabía cómo apoyar la cabeza para que no se me cayera, llegamos a San Francisco. Para mi cuerpo son las seis de la mañana, LADY CEPORRA lleva ya 24 horas despierta. Me llevo la alegría de mi vida cuando veo que.... ¡¡OH FORTUNA!! La maleta SÍ HA LLEGADO CONMIGO!!! American Airlines nunca dejará de sorprenderme :)

La guía que nos recoge a nuestra llegada a San Francisco es una vieja conocida (más VIEJA que conocida). Ya trabajé con ella hace un par de años cuendo vine a la ciudad con este mismo grupo, y recuerdo que no me gusta nada... Pero bueno, solo tiene que llevarnos del aeropuerto al hotel, no puede ser tan terrible (¿no?)
Pues lo es. Se pasa los veinte minutos de camino diciendo chorradas por el micro del autobús. Los clientes se mueren de la risa, y yo de la vergüenza ajena.
Despues del bochorno llegamos al hotel y repartimos las habitaciones. Yo empiezo a respirar, feliz de haberlos traído a todos sanos y salvos. Tras pelearme con todo el personal porque la han liado parda con las cenas que había pedido para las habitaciones (un room service que estuviera listo y que los clientes encontraran en su cuarto al llegar, pero que obviamente no estaba listo y que además no coincidía con el menú que queríamos) me voy a la cama, cansada y medio enfadada. ¿¿POR QUÉ TENGO QUE ESTAR CONTROLANDO MI TRABAJO Y EL DE TODOS LOS DEMÁS A MI ALREDEDOR??

Al día siguiente (domingo) tenemos previsto un tour por el valle de Napa. ¡¡SUENA BIEN!! La mitad del grupo no quiere ir porque se quieren quedar de compras en San Francisco. Siempre me ha fascinado esa obsesión de la gente por las compras en cuanto ponen un pie en EEUU... Sonrío, y con toda la calma del mundo les convenzo para que vengan a Napa, porque las tiendas no se van a mover de su sitio.
Aparece el autobús.... con la misma guía de la noche anterior. Los clientes se vuelven hacia mí con miradas asesinas y me advierten: no aguantamos una tontería más. Quieren una guía seria, que les cuente datos y anécdotas de San Francisco, no que les enseñe a pronunciar la palabra LEVI'S (os juro que por la noche lo hizo en el autobús, y pretendía que todos coreasen a la vez LIIIIII-VAISSSSSS!) Yo transmito esta info a la mujer, y me tranquiliza diciendo que la historia y el arte de la ciudad son su fuerte. ¡MENOS MAL!
¿¿Menos mal?? Dios mio qué horror!!!!!!!!! Su estilo no cambia un ápice del de la noche anterior, sigue diciendo las mismas tonterías. El cliente, indignado, me manda un sms desde su asiento con un mensaje CLARÍSIMO: métele algo en la boca o se lo voy a meter yo (cri cri.... cri cri...). Vuelvo a hablar con ella, sabiendo que mi cliente es muy tajante pero yo tengo que usar la diplomacia para no ofenderla. Obviamente no lo consigo, ella se enfada y su revancha es el peor ataque: no suelta el micro en todo el camino.

Después de un tira y afloja constante durante la hora y media del viaje, llegamos a la bodega. La visita no está mal, y para que todos estén contentos les organizo una cata improvisada en un jardín precioso: compro botellas de Chandon de distintos años, encargamos unas fuentes de quesos... ¡¡Y A BEBER PARA OLVIDAR!! Salen de allí todos medio piripis y ya ni se acuerdan de que la guía es un espanto. ¿Soy, o no soy una mujer de recursos? ;) Si no puedes contentar a tu cilente.... ¡¡EMBORRÁCHALO!!
El día continúa con prisas (porque tenemos que llegar a tiempo a una conferencia que da un gurú de la tecnología a primera hora en San Francisco, y de la que no nos advirtieron cuando contratamos el tour), y cuando finalmente les suelto en el centro de convenciones y me despido de la guía me inunda una sensación de paz.........

Por la noche me dedico a hacer reservas en restaurantes para todos, y a controlar una cena vip vip vip con el jefe más jefe de mi expedición (que por lo menos tiene la decencia de saludarme, no está mal, después de darme ordenes durante toda la tarde como si fuera su esclava para que le mandara una limo a recogerle al hotel!)
Cuando consigo meterme en la cama con un jet lag del quince a eso de las 23:00 empiezo a recibir llamadas del aeropuerto porque tengo pasajeros llegando que no encuentran a sus conductores para llevarlos al hotel. ¿¿POR QUÉ A MÍ, SEÑOR?? Con la necesidad de sueño que yo tengo!!!! Lo resuelvo todo entre balbuceos de MARY-DORMIDA, y me quedo roque hasta que esta mañana me ha llegado un mensaje de la clienta loca que me tuvo la semana pasada encerrada en su oficina a eso de las 6. GENTES DE ESPAÑA: ¿¿NO OS DAIS CUENTA DE LA DIFERENCIA HORARIA CON LA COSTA OESTE AMERICANA, POR DIOS BENDITO?? Esta señora está tan perdida en la vida que piensa que cuando a ella le viene bien mandar un sms, a mí me viene fenomenal recibirlo en la otra punta del mundo. Claro que sí bonita!

Me he pasado toda la mañana ejerciendo de joven salvadora, cambiando vuelos, entregando documentaciones, sugiriendo restaurantes que no conozco de nada (espero que estén bien!!) y ahora mismo me voy a disfrutar de esta preciosa ciudad en la que estoy, donde a pesar de hacer frío siempre hoy ha amanecido un día precioso.
Perdonadme por el exceso de información, os he soltado un rollo terrible pero ya sabéis que este blog es mi punto de katarsis personal, y necesitaba quejarme un poco, ya que estos días tengo que aguantar las quejas de los demás :)

¡¡¡GRACIAS POR AGUANTAR MIS CRÓNICAS Y POR ECHARME UN POQUITO DE MENOS!!!
Más aventuras en breve!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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