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Una petición divina

Querido Dios:
Soy María. Y te preguntarás "¿qué María? Porque ANDA QUE NO HAY!!" Y yo te aclaro: María, a la que tienes sufriendo en San Francisco y a la que estas haciendo pasar las situaciones más peregrinas.
¿¿A que ahora caes??
El caso es que yo quería pedirte que por favor dejes de ensañarte conmigo. Una cosa es que me cambies el menú de la cena en el hotel, o que me pongas una guía que más que guía parece un loro, pero lo que hiciste ayer, machote, no tiene nombre...
¿¿De verdad tenías que matar al conductor del bus que venía a buscar a mis VIPS?? Quiero decir, con la cantidad de conductores que había circulando por San Francisco, y la cantidad de días que hay en el año... ¿no podías haber elegido otro momento para llevarte al mío? Si querías que no viniera a buscarnos y hacerme pasar un mal rato delante del jefe, podías haberle metido en un atasco, en plan light, pero no tenías que ser tan radical... ¡¡AHÍ TE HAS PASADO!! Anda que ya te vale....
En fin, Dios, te agradecería que en los próximos días miraras para otro lado y te dedicaras a reirte de otro, porque a mí me tienes un poquito frita. Por favor, no me mates a más conductores, que el jefe va a empezar a pensar que soy una incompetente cuando en realidad es todo culpa tuya, que te entra el ansia por llevarte a la gente y no puedes esperar a que no tengan que trabajar PARA MÍ!!!
Muchas gracias!
Saludos desde abajo!
Maria

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