Situación: Oficina. 13:30 de la tarde. 2 de Julio. Calor mortal en la calle, y no menos calor en la oficina.
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Y ya se sabe que cuando se copia a tanto jefe.............. algo tiene que salir mal. Ya lo dijo Murphy: si algo puede fastidiarse, ten por seguro que se liará hasta límites insospechados. Y así ha sido. Cuando he revisado (por pura rutina) el correo enviado me he dado cuenta de que el archivo adjunto ESTABA MAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Por alguna extraña razón la última versión del presupuesto no se había guardado, y el documento que he mandado no tenía nada que ver con la realidad....... Los precios estaban incompletos, los conceptos no estaban desglosados según la petición del cliente... Un caos total. Y bueno, cagarla tú solo tiene un pase, pero liarla parda y exponerlo ante toda la plana mayor del departamento no es muy agradable...
Después de barajar la opción de lanzarme de cabeza desde la ventana del 5º piso, cortarme las venas con la lata de cocacola o encerrarme en el baño a llorar el resto de la tarde, he decidido rectificar, cambiar DE NUEVO el archivo y reenviarlo al cliente (a él y a toda la pandilla de jefes) junto con mis más sinceras disculpas y la promesa de no equivocarme más nunca.
En este momento he tomado dos decisiones importantes:
1.- No revisar nada más porque seguro que la he liado parda en algún otro sitio, y aquí no estamos para sufrir.....
2.- Emplear mi tiempo en algo mucho más productivo que revisar presupuestos: rezar al patrón de los desesperados para que el cliente elija la propuesta de algún otro proveedor, porque si me lo adjudican a mí seguro que se destapa el resto de errores que hay en la tabla, y entonces sí que me tiro por el hueco del ascensor....
Menos mal que es viernes, y tengo dos días para que a la minipandi de jefes se les olvide mi lío pardo.
Y yo que venía tan feliz esta mañana, después de dedicarme ayer una tarde de automimos y pijeríos varios... Hace un par de días recibí el ingreso de la paga extra veraniega, y unos minutos después me llegó un ofertón de peeling + sesión de cavitación en un spa al lado de mi casa. Lo interpreté como una señal del destino: DIOS QUERÍA QUE ME HICIERA ESE PEELING, ESTABA CLARÍSIMO. Así que compré el bono, y ayer me dediqué una tarde digna de la reina de saba inmersa en la operación bikini.
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Me quedan aún dos horas por delante en la oficina pero he decidido no mover un dedo, porque está claro que no es mi día.
1 comentarios:
Don´t worry. Be happy my girl ¡¡¡¡
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