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El caso es que ayer casi no vimos en sol, y la gente sacó automáticamente el uniforme invernal: pantalón negro, jersey negro, botas y abrigos negros. No falla, llega el frío y parece que al personal se le enfría también el ánimo. Algún que otro atrevido se arriesga con el gris... ¡¡Menudo exceso!!
Sin embargo aún queda una rebelde en la ciudad, una personita que se niega a vestir triste solo porque caigan cuatro gotas. Ente tanta oscuridad yo no me corté un pelo y me planté mi gabardina roja. ¿Quién dice que el otoño tenga que ser aburrido y que después de agosto hay que aparcar el color en el fondo del armario? No me resigno a contagiarme del ambiente triste: prefiero disfrazarme de caperucita y pasear entre los lobos, que es mil veces más divertido!
Entre tanta uniformidad, ayer me di cuenta de que soy diferente...
3 comentarios:
Especial diría yo ^_^
TE QUIERO!!!
Te echaba de menos :) ¡¡PENSABA QUE YA NO ME LEIAS!! :P
Muaks!
Diferente solo ??? Unica e irrepetible ¡¡¡¡¡ Besotes tq
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