Vaya día... ¡Y me lo quería perder!

Hoy estoy como el tiempo, gris y lluviosa. El jueves ha sustituido al lunes, y es el nuevo DÍA OFICIAL DE CARGARLE MARRONES A MARIA. Os juro que al próximo que me diga "que guay tu trabajo, que no haces más que viajar" me lo como.

Esta mañana me he tragado una bronca telefónica que me ha levantado un dolor de cabeza mortal. La delegada X del laboratorio Y me llamó ayer diciendo que un médico que me llevo a Boston de congreso el mes que viene quería viajar con su mujer (chanchullo 1, está prohibidisisisisisimo por todos los códigos éticos de la industria farmacéutica) y que además quería viajar un día antes que el resto del grupo porque así el billete de su mujer salía más barato (chanchullo 2). Me preguntaba cuál sería el coste de hacer esta gestión. Antes de mover nada, como ya conozco el percal (básicamente porque la he liado parda otras veces), llamé a los responsables del laboratorio para contarles los tejemanejes de este doctor y para pedirles autorización para darle la información que me pide la delegada. Por supuesto, el laboratorio NO ME HA AUTORIZADO a mover un dedo (si ya lo sabía yo....), ni siquiera a darle a la delegada la información. Y yo, quietecita (soy una chica muy obediente).

Pues esta mañana me llama la loca (digo.... la amable delegada) y me hace un interrogatorio de tercer grado para saber QUIEN SOY YO PARA LLAMAR A LOS RESPONSABLES Y DECIRLES NADA. Le ha faltado ponerme la lámpara en la cara y darme descargas eléctricas en los pies... Que ella solo me había pedido información, que yo no tenía porqué haber hablado con nadie. Lo más grave es que encima me pregunta si la consulta la he hecho por teléfono o por escrito. Si le preocupa que haya quedado constancia por escrito de sus líos por algo será. Ha acabado gritándome que ella también iba a llamar al laboratorio para contar su versión de la historia (¿¿qué pensará que he contado yo??), y me ha colgado el teléfono. Todo esto antes de las 9.30 de la mañana. Los pajaritos cantan, las nubes se levantan, las delegadas chillan por teléfono... ¡¡Qué día tan hermoso!! Por lo menos tengo la conciencia tranquila porque he hecho lo correcto, aunque empiezo a pensar que mi dolor de cabeza se debe a que alguien me está haciendo vudú...

No os voy a aburrir contandoos además mis marrones administrativos varios (cosas de Septiembre de 2008 que han decidido resucitar precisamente hoy). No acabaría nunca. Con todo esto, os podéis imaginar el día que llevo.

Y entre brown y brown, la imagen del congreso de Alicante se cierne sobre mi cabeza como un nubarrón amenazante (estoy hecha una poeta...). Tengo las mismas ganas de volar a Alicante el domingo que de comerme un puñado de escarabajos peloteros. Lo único que en estos momentos me anima es pensar en:

1. La siesta que me voy a pegar en cuanto escape de la oficina. ¡Va a ser de pijama y cama!
2. El cumpleaños de Sandra mañana: paseo en Limo por Madrid y cena rica rica.
3. El casting que tengo el sábado para formar parte del macro-coro-gigante que va a cantar EL MESIAS de Haendel esta Navidad en el Auditorio Nacional.
4. La cantidad de fans y amigos varios que me leen todos los días y que me han dado el empujón mental para escribir hoy esta entrada a pesar de que ahora mismo me desenroscaría la cabeza y la dejaría mirando la pared un rato, hasta que deje de doler. ¡No pensaba que mis pequeñas aventuras diarias fueran a tener tanto éxito!

Una hora para largarme de aquí, y bajando............