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Recordando... Historias de un viernes para olvidar (o casi)

¿Quién dijo que el jueves era un día malo? Ok, el jueves fue un día malo, pero entonces llegó el viernes, se convirtió en un día PÉSIMO y me hizo olvidar todas las calamidades del día anterior. Si la bronca del jueves fue gorda (todos recordaréis a la amable delegada del laboratorio Y...), la del viernes fue de esas que quedan en los anales de la historia (linda palabra "anales"...).

Tres menos cuarto de la tarde. Yo debería estar en mi pausa de comida, pero como ya es habitual estoy con mi tupper delante del ordenador, trabajando sin parar. Suena el teléfono, y no sé exactamente por qué, LO COJO. Mal hecho. ¡¡¡MAL HECHO!!! La primera lección que todo currito debe aprender es: si no quieres comerte marrones que no te corresponden, no cojas el teléfono fuera de tus horas de trabajo...... Al otro lado de la línea hay, como ya viene siendo habitual, una señora histérica que me dice que está tirada en el aeropuerto de Barajas porque en su vuelo hay overbooking (por supuesto, es culpa de CWT, y más concretamente de María, que Iberia haga overbooking en su avión, ¿de quién va a ser la culpa si no?). Me dice que ella es la persona responsable de un grupo de pasajeros que van al Festival de Cine de San Sebastián. Todo el grupo va en autobús desde Valladolid, pero ella (chica lista) que es la que lleva LAS ENTRADAS Y LA DOCUMENTACIÓN DE TODO EL MUNDO viaja sola en avión desde Madrid. Si ella no llega a tiempo NADIE VA AL FESTIVAL.

Yo, toda resuelta, le digo que no se preocupe, que en seguida llamo a nuestros comerciales en Iberia y seguro que conseguimos una solución. En realidad los comerciales más que solucionarme la papeleta me dicen que le rece a San Cucufato o a cualquier otro santo que se me ocurra, porque esta señora NO ENTRA EN EL AVIÓN NI DE BROMA. Los vuelos posteriores a San Sebastián van igualmente hasta la bandera. Yo pensaba: "espero que esta mujer sea muy devota del patrón de los imposibles, porque me da que se queda en tierra!".
Total, que la llamo para intentar buscar juntas una solución alternativa, como ir en coche o en tren, y es entonces cuando ella es poseida por el demonio y empieza a gritar y a decirme que soy una loca (fijate, CREE EL LADRÓN QUE TODOS SON DE SU CONDICIÓN!). Después de acordarse de toda mi familia y de decirme que para ser CWT nuestro servicio es una auténtica porquería, me dice que ella SÍ O SÍ tiene que entrar en ese avión porque tiene el tiempo justo para llegar a San Sebastián, ponerse mona e ir a la primera sesión de cine, así que ya puedo estar encontrando una solución. Como ella no paraba de gritar yo también tenía que gritar para hacerme oír, así que cuando me quise dar cuenta toda la oficina me miraba como si la poseída fuera yo.
Lo bueno es que como gracias a mis gritos compartí el marrón con todos mis compañeros, se montó en un momento un gabinete de crisis y entre unos y otros conseguimos dar con una alternativa: sacar un billete a Pamplona y mandar un conductor para recogerla en el aeropuerto y llevarla a mil por hora a San Sebastián. Al final la señora cogió el vuelo que le proponíamos (y que casi pierde por seguir quejándose sin moverse de la puerta de embarque de su vuelo anterior!), y pudo llegar a San Sebastián (algo más tarde de lo previsto, pero al menos no se quedó tirada en Madrid!). No os creáis que al final llamó para disculparse o dar las gracias. Al llegar a Pamplona llamó PARA QUEJARSE PORQUE EL VUELO HABÍA SALIDO CON MEDIA HORA DE RETRASO! Alucinante…………. Yo estaba taquicardica perdida. Cada vez que veía su numero en la pantalla del teléfono me daba un ataque de nervios...

(Ahora es cuando algún listo dice “anda ya! Que tu trabajo es lo mejor, que no haces más que viajar! Grrrrrr!)

No contenta con esto, al rato recibí otra llamada de mi laboratorio amigo. Los responsables del curso de Alicante me llamaban para ver si lo tenía todo cerrado y organizado. Por supuesto, el viernes por la tarde siendo el curso el domingo, está todo más que atado. El problema viene cuando me empiezan a preguntar por cosas de las que yo no he oido hablar en la vida (y que por supuesto no he organizado porque nadie me ha pedido). Sudores fríos. Tembleque. Tartamudeo. ¿¿Será posible que la haya liado parda y se me hayan pasado todas estas cosas?? ¿¿Dónde tengo la cabeza?? El doctor eminencia que organiza el curso parece convencido de que la agencia se ocupa de todo, mientras que la agencia (osea, yo) cree que el doctor se encargaba de las cosas por las que me está preguntando. Es justo lo que necesito, un susto de este calibre un viernes a ultima hora de la tarde, cuando en el laboratorio ya no hay nadie. Estoy sola ante el peligro…………….. Al final consigo localizar a una chica responsable en su movil y me tranquiliza diciendo que el doctor se está quedando conmigo porque todo lo que me está pidiendo es responsabilidad suya. Vuelvo a respirar. ¿Por qué me hacen esto a mí?

Cuando conseguí escapar de la oficina, a eso de las 20:00, estaba atacada. Llegué a casa con el tiempo justo para ponerme mona y salir corriendo a Colón, donde me esperaban mis amigos del cole para celebrar un cumpleaños. Cumplir los 25 merece una celebración a la altura de las circunstancias, y por eso a Sandra se le ocurrió ALQUILAR UN PAR DE LIMOS PARA DARNOS UN PASEO POR MADRID. Suena hortera, lo reconozco, pero es una experiencia de lo más divertida. Eso de ir por la Castellana saludando al resto de los coches desde la ventana de una limo y ver las caras de envidia del personal no tiene precio. Bueno, sí lo tiene, nos soplaron 20 euros a cada uno, pero de vez en cuando el cuerpo se merece un capricho, y yo me lo había ganado después de un día desesperante. Lo mejor llegó cuando saludé a una mujer por la ventanilla y pensé “cómo se parece esta señora a Esperanza Aguirre”. Claro que se parecía, ¡¡como que era Esperanza Aguirre!! Nos echamos unas risas tremendas, le sacamos una foto (a ella y a su coche abollado…) y pasamos el resto de la noche comentando la jugada.







Cuando llegué a mi casa no me lo podía creer. ¡Vaya día intenso! Mis nervios seguían de punta, y el pensar en la prueba de canto del día siguiente no ayudaba nada……… Pero eso ya es otra historia. ZzzzzZzzzz...



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