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Entre bostezo y bostezo...

Os voy a contar mis técnicas infalibles para hacer más llevadero el día en la oficina cuando no hay absolutamente nada que hacer:

1.- Mirar el correo de forma compulsiva. Cualquiera que me vea puede pensar que se me ha quedado el dedo pegado a la tecla ACTUALIZAR, le doy cada minuto y medio. Y me pongo más feliz que una perdiz cada vez que tengo un email nuevo, aunque sea un newsletter de Iberia Plus.

2.- Leer el periódico. Me leo el ABC enterito nada más llegar a la oficina, y después, cada aproximadamente 20 minutos me meto en la página otra vez a ver si ha pasado algo nuevo. ¿Se han decretado vacaciones para todos y yo no me he enterado? ¡LA INFORMACIÓN ES PODER! Cuando ya me sé las noticias cambio de periódico y me voy a El Mundo (que tiene las mismas noticias, pero con un poco de suerte las fotos son distintas! De hecho, la foto del periódico de este chico me suena...)

3.- Ordenar mi mesa. Está impoluta. Los bolis en sus botes, las carpetas en sus archivadores... Pero de vez en cuando me entra la vena IKEA y redecoro, y pongo el bote naranja donde estaba el blanco, y el blanco donde estaba el naranja, y pongo el expediente verde encima del azul para dar un nuevo aire a la mesa. Y así está mucho más bonito, donde va a parar..

4.- Googleo. Lo googleo todo. Busco libros para leer online (cosa que nunca encuentro...), ofertas de viajes, direcciones de spas, artículos de wikipedia... El saber no ocupa lugar. Mi última afición consiste en buscar webs para dar efectos a las fotos: efecto polaroid (mi favorito), efecto antiguo, negativo...... Me pongo a trastear y encuentro cosas interesantes. Ya iré colgando mis primeras obras de arte :P

5.- En el tiempo que llevo escribiendo este post he actualizado mi correo tres veces. Sin novedad en el frente.

6.- Cuento las veces que el nuevo ambientador de la oficina suelta sus PUFFFF de FASCINANTE AROMA DESCONOCIDO. Con la suerte que tengo al trabajar al lado del baño, de donde vienen los malos olores, me han puesto el ambientador justo detrás, así que me paso el día colocada entre el olor del baño, la cocina y los PUFFF. Un día de estos salgo de aquí con el pelo verde.

7.- Bajo a tomar café a bares cargados de tabaco. Normalmente durante el año busco excusas baratas para no bajar, pero como ahora no tengo nada que hacer, no puedo negarme, aunque a veces la experiencia sea de lo más desagradable. De hecho esta mañana he bajado con dos compañeras y un personaje que podía abarcarnos a las tres en el diámetro de su barriga ha intentado impresionarnos con su verborrea, y me ha plantado un cigarro en mitad de la cara. En un micro segundo ha arruinado el olor a pelo limpio que traía esta mañana.

Básicamente en esto consiste mi día. El lunes vuelve mi jefa, y espero que traiga consigo un poquito de acción. Seguramente me arrepienta de lo que estoy diciendo dentro de un par de semanas, cuando los clientes vuelvan de vacaciones y empiecen de nuevo a saturarme el correo... En fin, nunca puede una estar contenta del todo...

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