Pero después del curso (que es solo de un fin de semana, nada que ver con aquella semana de destierro en Alicante que me cayó el año pasado) tengo un gran agujero negro en la agenda, la nada más absoluta. Como decía aquel mítico anuncio de CocaCola, LA OSCURIDAD SE CIERNE SOBRE MÍ......
La parte buena es que estas semanas de calma chicha laboral me permiten salir de la ofi a mi hora en punto y dedicarme a mis labores. Hace una semana que no toco la plancha, pero desde hace dos no falto a mi cita semanal con el tango, así se caiga el cielo. Me dedico a mis labores, pero soy selectiva :) Apuntarme a las clases es una de las mejores decisiones que he tomado últimamente, no puedo estar más enganchada! El grupo de novatas es exclusivamente femenino, pero a la misma hora hay una clase simultánea de nivel medio en la que sí hay algún que otro hombrecillo del que nos aprovechamos por turnos para practicar (los pasos de baile, OBVIAMENTE!) Alguno se toma realmente en serio el tema de la PASIÓN TANGUERA, y parece que les posee el espíritu de Sergio Dalma y su BAILAR PEGADOS. ¡Chico, qué ansia! Y yo, que soy aún inexperta en esto del baile, les arreo unos pisotones de cuidado. ¡Eso te pasa por pegarte tanto, que anulas mi campo de visión y no veo donde pongo los pies! De momento mi estilo es tirando a camionero, pero confío en arreglarlo en breve, en cuanto sea capaz de soltarme y dejar de pensar en UNO-DOS-TRES-PASO-GIRA-CUATRO-PISOTÓN-LO SIENTO-VUELTA. ¡Tiembla, Fred Astaire!
Aunque hoy no lo veáis, os dejo un pronóstico: ha nacido una estrella :)
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