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Crónica de una boda (para leer sentados)

Prometo que mi intención era actualizar sobre la marcha para que no tuvierais que comeros ahora la versión electrónica de El Quijote, pero no ha sido posible... He estado corriendo de un lado para otro y no ha habido manera de sentarme delante del ordenador (un peso absurdo que he estado cargando todo el viaje para nada... Fantástico)
Salí de Madrid el miércoles 4, destino CHARLOTTE (en Carolina del Norte) pasando por Washington. Ese aeropuerto es ya como mi casa, la última vez que estuve por allí, en Mayo, me dediqué una manicura express que me dejó nueva. TIP PARA VIAJEROS: aeropuerto cómodo y super recomendable para escalas (no me hago responsable de reclamaciones si tenéis la mala suerte de que os pierden la maleta o sois detenidos en inmigración!!)
El vuelo hasta Washington fue un poco pesadilla porque me tocó al otro lado del pasillo un niño que se tiró las 7 horas de vuelo haciendo PEDORRETAS con la boca. Constantemente. Sin parar ni un minuto en las siete horas. Pensé que con los cascos de la tele conseguiría librarme de él, pero nada más lejos de la realidad. El niño porculero no me dejaba ni escuchar las películas malas del avión (ni por supuesto dormir, faltaría más!) El padre, en el asiento de al lado, o era sordo o se lo hacía, porque no hizo el más mínimo amago de callar al mocoso. La verdad es que al final llegué a plantearme si el niño sufriría alguna enfermedad rollo "Síndrome de Tourette" que le provocaría la necesidad incontrolable de hacer pedorretas todo el rato, y por eso el padre no hacía nada... No sé por qué soy tan afortunada y casi siempre me tocan este tipo de compañeros de viaje.
El vuelo hasta Charlotte fue un poco más ameno porque me tocó al lado de un chico venezolano bastante majete aunque un poco freak que no paraba de hablar y hacer fotos con el móvil (a mí incluida). Que digo yo, ¿¿el móvil no tiene que estar apagado en el avión?? El de este chico parece que no.........
Al llegar a Charlotte nos recogió en el aeropuerto la tía de mi amiga Kate. ¡¡¡ENCANTADORA!!! Nos llevó a su casa (es algo que me encanta de los americanos, te acogen en su casa con una facilidad y amabilidad pasmosas aunque no te hayan visto en su vida) nos preparó una cena buenísima de bienvenida y nos dejó dormir tranquilas para ganar la batalla al jet lag. Quien me conozca un poco sabrá que a mí eso no me cuesta en absoluto. Si hay que dormir, SE DUERME. A la mañana siguiente amanecí a eso de las 12 totalmente recuperada.
Después de un día larguísimo de viaje, empezó realmente la "vida a la americana". Es lo que me gusta de este tipo de viajes en los que no vas como un turista japonés con cámara de fotos, sino que vas como un local más a hacer cosas cotidianas. El primer día fuimos a Davidson, el campus donde estudió mi amiga Kate. La envidia me corroe cada vez que piso uno de esos sitios, con sus instalaciones impresionantes, sus campos de deporte, sus enormes bibliotecas, laboratorios, hermandades y residencias... Vamos, igualito que mi CEU, en mitad de la calle Princesa.
Al día siguiente de la visita, y después de adaptarnos al horario made in USA (aunque no al calor, porque DIOS MÍO, QUÉ CALOR HÚMEDO TAN HORRIBLE TIENEN POR ALLÍ!!!), pillamos carretera y condujimos hasta Savannah (Georgia) donde se casaba mi amiga Christie. Para los que no anden muy puestos en geografía americana, Charlotte queda al sur de Carolina del Norte, y justo debajo está Carolina del Sur, y después Georgia (donde está Savannah, al norte). Así que básicamente nos tocó atravesar Carolina del Sur, donde, por lo que se ve desde la carretera, no hay más que ÁRBOLES. De vez en cuando hay algún claro y aparece un McDonalds/Taco Bell/Subway/cualquier otro sitio imaginable donde vendan comida basura, o bien una iglesia de alguna de esas confesiones raras que tienen los americanos (rollo METODISTA, o EVANGELISTA). Que digo yo, ¿quien va a misa en medio de la carretera? Pues los americanos, ¿quién si no?
En Carolina del Sur, además de árboles, hay altísimas temperaturas. El aire acondicionado del Honda de Kate no acababa de tirar, así que lo que se presentaba como un road trip super divertido se convirtió en un suplicio en las calderas de Pedro Botero (otra expresión de mi madre, como la del entierro de Zarfra).
Cuando por fin conseguimos llegar a Savannah estábamos destrozadas. La temperatura no mejoró mucho, así que nos arrastramos como pudimos, entre el calor y el cansancio, desde el coche directamente hasta la cama. ¡¡Había que descansar para el gran día!!
Y por fin, sábado 7 de agosto. Aquí viene la crónica realmente interesante.......
Dedicamos la mañana a ponernos fantásticas para la boda, sesión de manicura y pedicura incluidas. Kate ya me había advertido que los americanos no se arreglan como los españoles para las bodas, pero lo siento, SOY ESPAÑOLA, mi educación me prohibe ir en vestido y chanclas playeras a una boda. Así que conjunté mis uñas con el color de mis zapatos (una pijada fantástica) y salí, abanico en una mano, cámara de fotos en la otra, dispuesta a vivir una nueva experiencia.
El camino hasta la iglesia arruinó media hora de duro trabajo con la plancha del pelo. ¡Gracias humedad! Al llegar a la Catedral, los amigos del novio (groomsmen) estaban en la entrada para acompañar a la gente a sus asientos, según fueran de parte del novio o de la novia. Nos dieron unos abanicos de papel monisimos con todo el programa de la boda, un detalle para los que no conocemos a nadie y tampoco sabemos muy bien de qué va el rito por esas latitudes.
A la hora en punto apareció el novio y se colocó junto al altar, con todos sus amigos en formación esperando a la novia. Lástima, a pesar de ser marines ni el novio ni sus amigos fueron de uniforme... Y yo que me había hecho ilusiones de una boda rollo OFICIAL Y CABALLERO... Algo que me resultó muy curioso fue que las familias no participan en la boda, los protagonistas son los novios y sus amigos (las damas de honor y los groomsmen), de hecho la madre de la novia estaba por la iglesia de las primeras, en lugar de estar ayudando a su hija con el vestido, el pelo, los nervios y todas las historias que deben pasar en los momentos previos a una boda.
En América el tema de la impuntualidad no se lleva nada, así que en seguida apareció "el equipo de la novia". Aparecieron las esperadísimas DAMAS DE HONOR, y NO, no llevaban vestidos horteras como en las pelis. Me sorprendieron con unos vestidos azules con escote palabra de honor, de lo más sencillos. Ni moños espantosos, ni volantes, ni tartas de merengue llenas de flores. Solo unos originales zapatos amarillos, haciendo juego con las invitaciones (que eran azules y amarillas).
Cuando se colocaron junto al altar, apareció la novia, guapísima (qué voy a decir, es mi amiga!!!) con su abuelo, que por consideración hacia la familia del novio iba vestido DE ESCOCÉS! Aquí hago una aclaración. Parece ser que en América da caché tener antepasados europeos. Vale que en realidad TODOS tienen antepasados europeos (generaciones y generaciones de inmigrantes han formado el país) pero aunque sean  parientes muy lejanos (la abuela de la abuela de la bisabuela) para ellos cuenta como si la familia acabara de desembarcar desde Europa. Al parecer algún pariente del novio era escocés (aunque no sabemos en qué generación...) y por ello toda la familia se considera escocesa. De ahí que algunos parientes del novio fueran también con faldas de cuadros.
El caso es que Christie entró en la iglesia emocionada perdida, llorando desde el minuto cero. Gracias a Dios existe maquillaje waterproof porque casarse con cara de mapache con ojos rojos no tiene la misma gracia.
La ceremonia fue bastante rápida, con cánticos a cargo de la madre de la novia (otro motivo para escenas lacrimosas). Allí todavía se lleva eso de "puedes besar a la novia" y tras el beso la gente se puso como loca a aplaudir. ¿¿Eso se sigue haciendo en España??
Durante la ceremonia tuve tiempo de observar al personal y me dí cuenta de que, efectivamente, allí la gente no se arregla tanto como aquí. Chicos con camisas de colores y sin chaquetas, chicas con chanclas playeras y sin peinar... Ni siquiera las madres de los novios se arreglaron como se arreglan aquí las madres. En ese sentido... ¡¡BODAS ESPAÑOLAS 1 - BODAS AMERICANAS 0!!
La salida de los novios me resultó también un poco chocante, porque allí no se quedan sacando fotos y firmando con los testigos hasta que la gente sale de la iglesia. Allí los novios salen los primeros, así que cuando llegan a la calle.......... ¡¡¡ESTÁN SOLOS!!! Ni arroz, ni VIVAN LOS NOVIOS ni nada, ellos salen de la iglesia y tienen que esperar a que salgan los demás para que les hagan un poco de caso. Qué raros estos americanos....................

Mientras la WEDDING PARTY (los novios y sus amigos) se hacían fotos en un parque cerca de la iglesia los demás nos fuimos dando un paseo hasta la American Legion Post donde se celebraba el banquete. Primera diferencia con las bodas españolas: al llegar no había una organización de mesas como se hace aqui, sino que había una cesta con carteles con los nombres de cada invitado para que cada uno cogiera el suyo y lo colocara en la mesa que quisiera. Así no hay problema de "me han sentado con gente que no me cae bien" o "me han puesto en la mesa de los peques", que a veces pasa.......
Esperamos a los novios tomando copichuelas, y aproveché para empezar a conocer un poco a la gente. La verdad es que después de una primera panorámica en la iglesia, no creí ver BUEN MATERIAL entre los invitados... Lo siento, sé que tenía que haber estado más atenta a la ceremonia, pero ya sabéis que lo mío con los extranjeros es un poco obsesivo..... Y más si son yankees, no sé que me pasa! La segunda inspección durante la espera no fue mucho más productiva. No solo no eran atractivos, es que además TODOS ESTABAN CASADOS. Otra cosa que me llama la atención de USA, la gente se casa MUY JOVEN. Tener 25 años y estar casada con tu novio del instituto o de la universidad es lo más normal del mundo.
Los novios entraron rodeados de sus amigos, ellas con bigotes, ellos con labios enormes, bailando I GOTTA FEELING. Sabía que en algún momento liarían algo divertido. Nada más llegar, otra diferencia con las bodas españolas, ABRIERON EL BAILE. Supongo que aprovechan que tienen la atención de todo el mundo nada más llegar y aprovechan, pero de todas formas, ¿qué sentido tiene abrir un baile que se va a cerrar en seguida para empezar a comer? Abril, cerral.............

Más diferencias: tras el baile llega la comida, pero... ¿qué se come? En este caso la comida no era servida sino que era tipo buffet, informal total. Una fuente de salchichas, otra de patatas, otra de maíz, gambas, ensalada y pan con mantequilla (super americano). Al parecer era una comida típica del sur, pero a mí me chocó bastante, en comparación con las comilonas que solemos montar en España cuando nos casamos.
Tras la comida, momento de tradiciones varias: el ramo y la liga. Aquí se están perdiendo las costumbres (las novias suelen dar el ramo a sus hermanas en vez de tirarlo, es una pena!!) pero allí la cumplen a rajatabla. Christie se subió a un balconcillo y todas las solteras (all the single ladies) nos pusimos debajo como esperando que fuera a caer un modelo de Calvin Klein en ropa interior, ansiosas perdidas. Estudié la competencia a mi alrededor y me di cuenta de que tendría que pelear duro si quería quedarme con las flores, planeé la estrategia y me preparé para el ataque. Lanzamiento de ramo. Empujón a una rubia. Regateo por la derecha. Salto por encima de una niña pequeña. Estiramiento de brazo y ¡¡¡¡RAMO EN MANO!!! Sí señor, yo como San Miguel, donde voy TRIUNFO. Este es el año de España sin duda, después de LA ROJA yo no podía ser menos. Las caras a mi alrededor, mezcla de odio y envidia, no me acobardaron para nada, paseé triunfal con mi trofeo por toda la sala.
Después vino el tema de la liga. El novio buceó (literal) debajo de la falda de la novia, sacó la liga y la lanzó entre sus amigos. El afortunado que se llevó la liga tenía derecho a compartir un baile con la afortunada poseedora del ramo (la menda) pero cuando ví el panorama me excusé y me escapé de allí como pude. De entre todos los invitados ¿¿EN SERIO?? ¿¿EL MÁS FEO?? Repito que el panorama no era nada del otro jueves, pero dentro de eso me fue a tocar el más ORCO DE MORDOR. Siento haber roto una tradición milenaria en las bodas yankees, pero como dije antes, SOY ESPAÑOLA y VOY A MI ROLLO.

Después de todo el show bailoteamos un rato. Maldita la hora en la que se me ocurrió hacer el comentario jocoso "¿y en esta boda CUÁNDO PONEN LAS SEVILLANAS?" porque pasaba por allí una CORDOBESA (¿¿¿???) que me pilló por banda y pidió unas sevillanas al DJ en mi honor. La pista se despejó para dejar sitio a las ibéricas....... Y yo habría disfrutado del tema SI HUBIERA SABIDO BAILAR SEVILLANAS, pero como NO TENGO NI IDEA el tema se me hizo un poquito comprometido. En honor a la verdad, algo de idea sí tengo. La primera la bordo, como si hubiera nacido en Triana Pura :) Pero a partir de ahí no me pidáis más porque no tengo. Se lo dije a la chica como pude, pero ella se empeñó, así que yo me marqué cuatro primeras con pasos improvisados mientras ella hacía virguerías a mi alrededor. Entre que se me salían los zapatos, el pelo por la cara de dar vueltas como una peonza y mi falta de arte, debí dar un espectáculo lamentable pero a los guiris ya se sabe que se los gana con cualquier cosa. Al acabar la sala se vino abajo de los aplausos. Pobres infelices.......... Si hubiera habido algún soltero pasable entre el público me lo habría llevado fijo, porque entre el ramo y el baile quedó claro quien era LA ESPAÑOLA.
Cinco horas exactas después de empezar la fiesta el DJ nos echó de la sala. Literal. Pilló el micro y nos dijo que aquello había terminado y que fueramos desfilando a nuestras casas. Otro choque cultural, ya que nadie protestó ni lo más mínimo, y de lo más civilizadamente todo el mundo recogió sus cosas y se fue. Si eso lo hacen en España la que le cae al DJ es fina.
A la salida esperamos a los novios en la calle para hacerles el paseíllo de despedida, y ya que a la salida de la iglesia no les habíamos tirado arroz nos repatrieron unos tubos de jabón para hacer pompas, que es más limpio y queda muy chic. Y así fue, salieron de la American Legion Post, y se marcharon, entre pompas de jabón, atravesando el precioso Forsyth Park en un romántico paseo hasta su hotel. Los demás, con los pies hechos papilla y un calor infernal nos fuimos también a nuestros hoteles para descansar y comentar la jugada. Que si "qué guapa estaba la novia", que si "qué horrible el vestido de fulanita"... Porque en eso somos todos iguales, aquí y allí, nos encanta el cotilleo.
Yo salí encantada con la experiencia, bailé todo lo bailable (LOS PAJARITOS incluídos, no sé cómo llegó esta canción hasta Savannah... y prefiero no saberlo) y acabé con los pies rosas tirada en la cama sin poder mover un músculo.
Al día siguiente, de nuevo road trip hacia el norte para acercarme al aeropuerto de salida. Esta vez algún milagro hizo funcionar el aire acondicionado del coche, así que el trayecto fue mucho más llevadero. Ese detalle, unido a que hicimos una parada técnica en Charleston (Carolina del Sur) para pasar el día hicieron el regreso mucho más agradable. Charleston, una pequeña ciudad costera TOTALMENTE recomendable. Si no fuera por el calor infernal me pensaría pasar una temporada en esa zona de USA, las ciudades son PRECIOSAS, con casas históricas, pequeños puertos, restaurantes fantásticos... I'M LOVING IT!!
Pasamos la noche de nuevo en Davidson en una pequeña pero encantadora casa de huéspedes dentro del campus. Al día siguiente, vuelta para España. Por suerte esta vez los vuelos fueron más cómodos, especialmente el internacional porque el avión estaba vacío y pude montarme una cama estupenda entre cuatro asientos, como una reina. Lo más difícil del viaje fue transportar el ramo sin que ninguno de los dos muriésemos en el intento. Pero finalmente lo conseguí y aquí lo tengo en casa, pocho perdido pero aún resistiendo y vivo, como símbolo de mi triunfo por tierras americanas. Ahora se supone que yo soy la próxima en casarme, pero como el resto de invitadas tengan que esperar a que me case yo para hacerlo ellas... van listas!
Y ahora, después de deshacer la maleta, me toca hacer otra a marchas forzadas. El sábado salgo para Argentina en un viaje que llevo preparando un año con una ilusión tremenda. Como siempre mantengo el compromiso de actualizar con frecuencia pero al final la vida da sus vueltas y los planetas conspiran para obligarme a hacer todo tipo de cosas antes de actualizar el blog. Ç'EST LA VIE!!
Si todavía estáis vivos para llegar al final de este post.......... ¡¡Gracias!! Recordadme que os invite a una caña la próxima vez que os vea, por majos!
Próximas aventuras en breve!!!

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